¿Perro y gato pueden convivir juntos? Pasos a seguir

Una pregunta común que hacen muchos dueños de mascotas es si los perros y los gatos pueden vivir juntos. Los perros y los gatos no tienen fama de ser amigos, pero pueden aprender a vivir juntos y en algunos casos incluso desarrollar un vínculo fuerte y de cariño.

Mucho tiene que ver con la organización de la convivencia(lugar) y de los dos. ¡Sí! Es posible criar un gato y un perro en la misma casa en paz, tranquilidad y, a veces, incluso en amor mutuo. Entonces, si planea vivir con un perro y un gato juntos, estos consejos ayudarán a sus mascotas a compartir un hogar.

¿Los perros y los gatos no se llevan bien o es solo un mito?

Uno de los mayores mitos que hemos adoptado es que los perros y los gatos son enemigos y no pueden vivir en paz juntos. 

Aún así, no es el caso.

En la naturaleza, donde hay competencia por la supervivencia, las dos especies no se han llevado bien, pero los perros y gatos domesticados que criaron en hogares y me ocupo de todas sus necesidades pueden vivir juntos e incluso convertirse en amigos si se les presenta y se les enseña adecuadamente a hacerlo.

Es importante recordar que puede llevar tiempo que un perro y un gato que nunca se han conocido se adapten el uno al otro.

La razón por la que un perro y un gato no se hacen amigos a primera vista es que se trata de dos animales territoriales y tienen diferentes medios de comunicación que pueden influir en su comportamiento. Por ejemplo, un perro mueve la cola para mostrar felicidad y ganas de jugar. Un gato, por otro lado, mueve su cola para indicar enojo o resentimiento.

En general, tres factores que facilitarán el conocimiento y ayudarán a la vida diaria en paz del perro y el gato:

• Cuando los dos animales crecen juntos, especialmente desde una edad temprana
• Cuando las recompensas como juguetes y golosinas, así como la atención y elogios, se distribuyen de manera uniforme para evitar los celos.
• Cuando cada mascota tiene un espacio propio.(ambos son territoriales)

¿Cómo criar un perro y un gato juntos en la misma casa en paz?

El primer paso es la preparación del área

Es importante comprender que su gato a veces necesita privacidad y lugares a los que el perro no puede llegar.

Prepare lugares altos para que el gato vaya cuando quiera privacidad como un armario, un estante elevado o un poste para rascar.

Es deseable que en cada habitación de la casa tenga la oportunidad de saltar a un lugar para estar alejado del perro.

Sus utensilios de comida deben estar en un lugar elevado donde pueda comer tranquilamente, y su baño debe estar en un lugar relativamente apartado a la que el perro no suele llegar como una habitación lateral o con menos actividad.

Entrenando al perro para que te obedezca o se acerque a ti cuando se lo ordenes.

Es importante que cuando el perro y el gato estén en la misma habitación y el perro le preste demasiada atención al gato puedas decirle a tu perro “ven”, “yo” o cualquier comando similar y que el venga hacia ti. y deja al gato solo (más sobre esto más adelante).

El segundo paso es la preparación del perro para conocer al gato

Si el perro es el inquilino veterano y está planeando llevar un gato, entonces hay algunas cosas en las que puede trabajar con su perro que ayudarán a que la presentación del gato sea más fácil y con una mayor probabilidad de éxito, escoge la técnica que más se adapte a ti:

Socialización

La socialización es uno de los aspectos más importantes del adiestramiento canino, y la socialización es más efectiva cuando el perro es joven, comienza alrededor de las siete semanas y continúa durante toda la vida del perro.

La socialización le enseña a un perro a ser tranquilo y amigable con todo tipo de estímulos nuevos sensoriales e interacciones sociales.

Cuanto más se comunique un cachorro con todo tipo de animales, mejor será cuando sea adulto.

La socialización es algo importante para cualquier perro, independientemente de si va a vivir con un gato.

Neutralización de estímulos (Desensibilización)

En perros con carácter reactivo o un fuerte impulso de caza, un método de entrenamiento que se usa a menudo es la desensibilización.

Se trata de entrenar al perro para que no responda al estímulo llamando su atención hacia otra cosa (hacia usted y sus órdenes).

La neutralización de la sensibilidad es un proceso largo y gradual y puede llevar meses llegar a un punto en el que un perro reactivo se considere seguro con animales más pequeños como los gatos.

Entrenamiento de control de impulsos y entrenamiento básico

Los comandos de control de impulsos para perros (como un comando para sentarse y no comer un bocadillo colocado frente a él) generalmente pueden ayudar a reducir el nivel de reactividad del perro alrededor de animales pequeños u otros estímulos, y condicionar al perro para que esté atento a su dueño para recibir instrucciones. antes de actuar de forma independiente.

Los perros son inteligentes y tienden a seguir sus instrucciones, por lo que este es un instinto que debe fortalecerse como parte de la preparación para la convivencia con un gato.

Entrenar a tu perro en obediencia básica y avanzada puede darte una gran ventaja para que aprenda a llevarse bien con cualquier animal porque tu perro tenderá a escucharte más antes de reaccionar solo sobre una situación.

El comando “yo”, “ven” o cualquier otra palabra que sea corta y comprensible para tu perro será especialmente útil en las primeras semanas de convivencia con el gato siempre que estén uno al lado del otro y noten que la interacción es tensa.

Por supuesto, al principio siempre es importante controlar los encuentros entre ellos. Incluso un perro que se ha sometido a un entrenamiento de control de impulsos puede morder y atacar a un gato si el gato lo ataca y lo lastima primero.

La etapa de encuentro: el nuevo perro o el gato llegan a casa

La gradualidad y la paciencia son las palabras clave.

Presentación inicial del perro y el gato a través del olfato durante unos días o incluso más según sea necesario

Coloque algo que pertenezca al gato en la cama de su perro y coloque algo que pertenezca al perro en la cama del gato para que todos se acostumbren al olor del otro animal y no se sientan amenazados.

Tú también puedes acariciar y estar con uno de los dos y luego ir y estar con el otro para que cada uno huela el aroma del otro en ti y eso también ayudará en el proceso de adaptación.

En estos días es recomendable que cada uno de ellos esté en un lugares distintos con la separación de una puerta cerrada para que puedan oler y comunicarse debajo de la puerta pero no puedan verse.

Si el perro en este punto se emociona y ladra cuando huele al gato debajo de la puerta cerrada, entonces llámalo y haz que se concentre en ti antes de que se emocione demasiado. Esto también facilitará en la preparación para un encuentro cara a cara.y que seas el centro de atención para el. Dale golosinas, atenciones o caricias para que se gire y ponga su atención en ti.

Se recomienda que el gato sea el que esté en la habitación con la puerta cerrada. Es importante que tenga un ambiente cómodo, comida y agua para que se sienta cómodo. Los gatos son animales que aman más su privacidad y pueden estar solos en comparación con los perros que se sentirán en tal situación que son castigados.

Si el gato es el inquilino veterano y el perro es el nuevo, entonces es hora de domesticar al perro con comandos básicos y entrenamiento de control de impulsos en preparación para un encuentro cara a cara con el gato.

Encuentro cara a cara pero con separación

Esta etapa puede ocurrir después de unos días, una semana o más. 

Debe ejercer su juicio y evaluar cuándo el perro ya no está estresado por la presencia del gato detrás de la puerta cerrada.

En estos días es posible poner al gato en su jaula de transporte y dejar que el perro deambule libremente para que el perro se encuentre con el gato dentro de su jaula cerrada. Esto le permite al perro saludar al gato desde un territorio seguro, y el gato no tiene que preocuparse por el ataque del perro.

Otra opción es utilizar una puerta para bebés que los separe.

Se recomienda que en estos días, en cualquier caso, el perro camine por la casa con la correa colgando detrás de él (si no tiene una correa corta, entonces es el momento de conseguir una).

Así, por un lado, tiene libertad para acceder a la jaula del gato, olfatear y mirar y por el otro puedes atraparlo rápidamente si el encuentro se vuelve agresivo. No deseado, o el perro trata de atacar al gato.

Siguiente paso, encuentro sin separación :

Una vez que vea que el perro y el gato se han acostumbrado a la presencia del otro, puede dejarlos juntos sin que sean separados. Pueden pasar algunos días o incluso algunas semanas para que llegue esta etapa. Es recomendable no acelerar el proceso.

Es importante que no los dejes solos el uno con el otro en esta etapa, esté atento al lenguaje corporal de ambos y esté dispuesto a separarles si es necesario.

En este punto, entrará en juego el adiestramiento de su perro.

Esté con su perro en una habitación y deje que el gato entre a la habitación por su voluntad.

Cuando el perro dirija su atención al gato, déle a su perro una orden de “ven” o asegúrese de que esté enfocado en usted de alguna otra manera, todo en presencia del gato. Dale dulces al perro como recompensa* por concentrarse en ti y no en el gato.

* La recompensa es en realidad un refuerzo positivo. Nunca reprenda o castigue a su perro si asustó o creó una interacción que al gato no le gusta, si hace esto solo vinculará el castigo al gato, lo que no beneficiará la relación entre ellos. Por supuesto, también puede recompensar a su gato en forma de bocadillos y sobijos por su buen comportamiento cerca del perro.

De la misma forma, el gato aprenderá que puede estar en la misma habitación que el perro sin separación y el perro no se concentra en el gato sino en ti, y así el gato se sentirá libre de mirar, acostumbrarse y hacer lo que le guste incluso cuando el perro está cerca de él.

Esta fase también puede continuar durante varios días hasta que vea que se sienten cómodos el uno con el otro.

Cuando esto sucede, es importante chequear al principio cuando los dos están juntos y tener en cuenta que no hay tensión entre ellos.

Una vez que se hayan acostumbrado a la presencia del otro, puedes saber que lo has logrado.

Otro consejo: si el perro es posesivo con sus cosas, en la fase de introducción sin separación física entre ellos, asegúrese de que no haya cosas del perro allí para que no se sienta amenazado de que el gato quiera quitarle algo.

¿Qué pasa si el perro y el gato después de todo los metodos no se llevan bien?

Que no cunda el pánico y no castigue a ninguno de ellos. Simplemente sepárelos por completo de forma relajada, pase tiempo de calidad con cada uno de ellos, acarícielos y mímelos para que comprendan que no han hecho nada malo.

Y regrese a la etapa de conocimiento de la separación.

Alimentar al perro y al gato juntos

Otro consejo es alimentar a los animales juntos.

No coloque sus platos uno al lado del otro para no causar la agresión basada en la comida del perro o el comportamiento de protección de sus pertenencias, simplemente alimente al perro y al gato juntos en la misma habitación.

La comida del gato se puede colocar en un lugar alto a la que el perro no tenga acceso, pero el gato puede llegar fácilmente y comer tranquilo.

Alimentarnos en la misma habitación todos los días ayudará a que cada uno de los animales se vincule al otro con actividades positivas, lo que puede ayudarlos a estar más relajados. Los animales bajan la guardia cuando comen, y esto fortalece la amistad.

Cosas que no debes hacer

No dejes que el perro persiga al gato, nunca. Para algunos perros, esto puede llevar a estimular el instinto de la presa y hacer que el perro muerda y ataque al gato si logra atraparlo. A algunos gatos y perros les encantará jugar en una persecución, pero es importante que el juego esté solo en una etapa en la que tus animales ya se están llevando muy bien entre ellos y realmente es un juego que no llevará a una pelea.

No deben forzarse el uno al otro.

No los grites ni los castigues en presencia del otro.

Preguntas relacionadas

En conclusión

Cuando se trata de presentar gatos y perros, el refuerzo positivo juega un papel muy importante en la convivencia.

También implica técnicas de adiestramiento canino, depositando elementos del olfato de un animal en el territorio del otro para que se vayan acostumbrando a los olores del nuevo animal y todo con paciencia.

Es importante que el conocimiento entre el perro y el gato sea gradual. Puede llevar varias semanas, incluso 6 o 7 semanas.

Ten paciencia y recuerda que el objetivo es que vivan como amigos o al menos no como enemigos.

También es importante preparar el hogar y los lugares para que el gato pueda ir cuando quiera privacidad, así como alimentarlos al mismo tiempo para que relacionen esto con algo positivo que pueden hacer juntos.

 Hasta que el perro y el gato se lleven bien, es importante tener el control el uno del otro en caso de necesidad.

En casos raros en los que un perro tiene un impulso de caza muy fuerte que no se puede calmar, uno debe reconocer el hecho de que puede no ser una combinación perfecta. Incluso en estos casos, si realmente desea criar un gato y un perro juntos, utilice los servicios de un entrenador profesional para que le aconseje si esto es posible y, de ser así, él ya sabra qué hacer.